*2021 Julio: Ya un Año.
2021-08-01Seguimos navegando de isla en isla, descubriendo nuevos fondeaderos, nuevas playas (casi todas cubiertas de canto rodado o en el mejor de los casos, gravilla).
Son las 10:00, el viento empieza a subir y el fondeadero de Primosten está un poco abarrotado. Con cada ráfaga, nuestro ancla se desliza de roca en roca. Otros barcos garrearon durante la noche sin crear ningún daño. Decidimos zarpar del lugar que visitamos la noche anterior y que nos pareció encantador, aunque muy frecuentado por los turistas que somos.
Nos dirigimos a una bahía cercana hacia el pueblo de Rogoznica, es un pequeño pueblo de pescadores muy turístico. Atracamos en el ‘Town Quay’ que es generalmente un muelle público gestionado por el municipio y de bajo coste, pero estamos en Croacia y para barcos como el nuestro, y pagaremos 100€ para pasar el día y la noche protegidos del Sirocco.
Allí conocemos a Daniel y a su familia que han venido de República Checa para pasar sus vacaciones en el archipiélago de Dalmacia con un barco de alquiler.
El lunes 26 es el aniversario de nuestra partida de Arcachon. Ya hace un año que navegamos a bordo de MR Beelzebuth zarpamos para descubrir en un primer momento el Mediterráneo. Ya hace un año que decidimos dejar nuestra vida de terrícolas, y cambiarla por la de marineros bohemios. Un año ya y 4600 millas náuticas recorridas, es poco, pero no tenemos prisa. Un año ya y, esperamos, muchos otros por venir.
Volvemos a zarpar, después de haber limpiado la cubierta de MR de la sal, los olas y de la arena roja traída por el Sirocco.
Hacia la bahía de “Blue Lagoon” es un refugio seguro donde los barcos fondean en agua turquesa. Llegamos por la tarde, el sitio es muy bonito, una “playa” bordea parte de la cala, el agua es tan clara que distinguimos el fondo a más de 10 metros. Única parte oscura del cuadro: es aún más concurrido que el Banc de Arguin, de la cuenca de Arcachon un domingo de 15 de agosto.
Nos quedamos a bordo para evitar que MR sea embestido por uno de los muchos barcos de alquiler no todos bien controlados por su patrón.
Esperamos con impaciencia la llegada de Clément, Audrey y los niños que deben tomar el avión el miércoles por la mañana para pasar unos días de nosotros. Estamos esperando la confirmación de su partida, en la Isla de Solta en Sipova Beach, para regresar a los alrededores de Split donde tenemos que recuperarlos.
El miércoles a las 9:00 suena el teléfono, Clément nos anuncia que no han podido tomar el avión y que toda la familia vuelve a casa. Qué decepción para todos. Estamos evaluando todas las posibilidades para que puedan venir, nos quedamos en Solta, en Maslinica, no lejos de Split, esperando novedades…
Jueves, nueva llamada de Clément que nos anuncia que saldrán en coche por la tarde para venir hasta Croacia. Es un largo viaje pero estamos contentos ¡GENIAL!
El viernes, a mitad del día, finalmente llegan a Marina Agana, cerca de Trojir, por fin los tenemos a bordo por primera vez desde que partimos.
La vida a bordo, cambia de inmediato, la calma habitual cede lugar a la vida burbujeante de los ‘crapouilloux’, juegos, gritos, zambullidas y baños y a veces llantos.
Partimos hacia Uvala Necujan en la isla de Solta para pasar nuestra primera noche en familia. A la llegada, nuevo baño con las antiparras. Los niños comienzan a descubrir los fondos submarinos y a observar sus primeros peces: ¡Una verdadera felicidad!
El sábado por la mañana necesitamos tres horas de navegación para llegar a la playa de Zlatni Rat en la isla de Brac para que los niños jueguen en la arena. A la llegada la llamada arena fina, no es más que gravilla, pero es mejor que nada. Fondeamos en la playa, ya muy concurrida, y luego un zodiac se acerca pidiéndonos que nos vayamos, no tenemos derecho a fondear en ese lugar y nos envía al extremo este de la zona de baño sin poder elegir otro lugar. No es muy acogedor el hombre, pero no nos impide de pasar en el día en el agua con los niños.
Por la noche cruzamos a la isla de Hvar para pasar la noche en la bahía de Zukova Beach. Es una pequeña cala bien protegida, no lejos de un espléndido velero clásico llamado METEOR y donde brindamos a las 24h por el cumpleaños de Clemente: ¡Felices!