*2021 Mayo: Isla de Paxos
2021-05-22Ya está, techo arreglado, podemos zarpar de Sivota, siguiendo los consejos de Vassilli, partimos hacia la isla de Paxos, hacia la bahía de Lakka al norte de la isla.
11,5 millas para navegar bajo el sol y con un viento suave que nos empuja. Desde el mar apenas se ve la entrada de la cala. La entrada pasada, se revela una vasta bahía turquesa con al fondo el pueblo y su muelle de acogida. Preferimos fondear en el agua turquesa. Hay pocos barcos, pero las velas se dibujan en el horizonte.
Por la noche seremos un poco más de una decena, de los cuales, la mayoría son de tripulaciones alemanas con barcos de alquiler.
Por la tarde, el pueblo está totalmente dormido hasta las 18h. Por la noche, la mayoría de las tripulaciones ocupan las mesas en los pocos restaurantes abiertos. Nos sentamos en una terraza de un pequeño y pintoresco restaurante para cenar con un saganaki (queso frito) y una porción de mejillones.
Al día siguiente nos quedamos en el mismo lugar, tanto que nos sedujo. Escalamos una pequeña colina hasta llegar a una playa de piedras blancas, desértica que nos ‘estaba reservada’. El agua, aunque fresca, nos atrae al baño por su claridad y transparencia. Así pasamos un rato antes de volver al pueblo.
Al acercarnos al barco descubrimos que detrás nuestro un enorme catamarán de 80 pies fondeando muy cerca. Tuvimos un poco de miedo, pero la tripulación profesional del barco lo aseguró con amarras a tierra. Ya no somos el más grande.
El martes por la mañana, después de un pequeño zambullon, nos dirigimos hasta Gaios, pequeño pueblo a 4 millas de allí. La entrada norte es sinuosa y nos decepciona, antes de dejar aparecer el pueblo. El lugar es muy bonito, pero muy o demasiado turístico en pleno verano.
Pocos barcos están amarrados en el muelle frente a la plaza central. El extremo Sur del puerto da a una salida hacia el mar protegida por un embarcadero, pero transitable solo para pequeñas embarcaciones debido a la escasa profundidad.
Salimos a fondear frente a la entrada Sur y bajamos en el dinghy para visitar y cenar en la ciudad.
Al día siguiente, el sol brilla, la temperatura sube y el viento no aumenta. El mar está tranquilo, es el tiempo ideal para visitar la costa oeste de la isla. Siguiendo el consejo de Vassilli, vamos a la bahía de Blue Cave.
Llegamos a una pequeña cala desierta, con crecimiento rocoso que hace que la entrada sea peligrosa cuando hay un poco de oleaje del Oeste.
Nos sumergimos en las cuevas que el mar ha excavado en el acantilado de piedra caliza. Nos bañamos, vamos a explorar las cuevas. Almorzamos a bordo. Es un pequeño paraíso.
Más tarde llegarán otro velero y un gran crucero. Vamos a explorar una cala cercana antes de poner rumbo a Antipaxos en la bahía salvaje de Mesovrika y Voutoumi las dos playas más lindas de la isla.
A la mañana siguiente, Mer despierta a Richard porque el barómetro ha bajado y el mal tiempo del noroeste nos obligará a encontrar un refugio. Nos dirigimos a Mongonissi pequeña falla al Sur de Paxos en la que estaremos protegidos si llegamos allí primero, lo que es el caso.
Desembarcamos y nos vamos a pie a Gaios a 4 km. Nos hace hacer un poco de ejercicio. El paseo es agradable por la pequeña ruta de la cornisa. Al llegar, descubrimos una multitud de barcos, amarrados en el muelle, que vinieron a buscar protección del viento. Hay animación, no podemos imaginar el “circo”que tiene que ser en el verano.
Pasamos una noche en la que el viento sopló regularmente a 30 nudos en nuestro refugio, pero estamos bien anclados y estamos solos.
Finalmente viernes, salimos hacia el continente en dirección de la playa de Parga.
Por la tarde Mer da un paseo en paddle a pesar de un fuerte viento del noroeste.
Por la noche vamos a la ciudad a descubrir las sutilezas culinarias del lugar y su costanera muy animada.